Emina siempre ha sido un vino de emociones, un vino con el que se quiere transmitir la sabiduría del terruño y del viñedo. En este caso, además, el vino busca compartir la Pasión por la viticultura y elaboración.
Este vino se mima desde su origen en el viñedo donde, gracias a la microbiología, no se utilizan productos químicos fieles al compromiso sostenible de la marca. Ya en bodega, tras un ligero paso por barricas nuevas de roble americano, el vino pasa a un formato de botellas aligeradas que contribuyen a reducir la huella de carbono.